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DEL PSICOANÁLISIS AL SOPHIANÁLISIS

 

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COLECCIÓN ANTHROPOS

ENRICO G. BELLI

“DEL PSICOANÁLISIS AL SOPHIANÁLISIS”

HACIA UNA TEORÍA UNIFICADA DEL CAMPO

METAPSICOLÓGICO Y ANTROPOLÓGICO

Ensayo (1989) 229 páginas, formato 16 ´ 22 cm., 30.000 Liras

“... Para el Psicoanálisis el Hombre todavía es un individuo determinado por el mundo instintivo, siempre oscilante entre Eros y Tánatos (vida y muerte) su única posibilidad es la de equilibrar con su Yo las fuerzas contrastantes provenientes del Ello y el Superyó (las fuerzas vitales de la estructura instintiva con las normas de la cultura, con pocos o escasos márgenes de libertad del determinismo inconsciente...).

El hombre para el Sophianálisis es una Persona dotada de una identidad propia, que posee la capacidad de decidir en libertad, amar y odiar...

El aspecto más evolutivo del enfoque sophianalítico pasa desde el < < eligo, ergo sum (elijo, luego existo) > > hasta la etapa de síntesis positiva del < < amo, ergo sum (amo, luego existo)... > > .

A nivel clínico sabemos que el malestar psíquico (somático y existencial) está ligado fundamentalmente con la presencia del odio (reprimido y consciente) que en la Persona proviene sea del ambiente, sea de sus respuestas internas: el malestar, muy a menudo, es el resultado de agresiones con la complicidad del Yo contra la propia Persona, la psique, el cuerpo.

A nivel existencial hemos aprendido por experiencia, en los laboratorios sophianalíticos, que el bienestar integral de la Persona depende de la realización de su capacidad de amarse-amar-ser amado en libertad y no en constricción, reconociendo al Hombre Persona Sapiens una gran potencialidad reparadora y creativa...”.

Desde los capítulos iniciales, referidos al “Campo Psicoanalítico” , con reflexiones sobre el “Narcisismo” y sobre algunos problemas primarios - “Fase de la Omnipotencia y Principio de Realidad” -, se profundiza sucesivamente el paso al “Campo Sophianalítico” con temas específicos, entre los cuales: “La función del padre” - “La mujer entre seducción, castración y represión” - “El hijo odiado (Odiseo/Edipo)” - “Agresividad destructiva y libertad reparadora” - “En búsqueda del sentido de la existencia” - “La necesidad de fusión”.

Con este ensayo el autor nos conduce al descubrimiento de una etapa nueva en el campo de la metapsicología y de la antropología, hacia una teoría unificada de las Ciencias Humanas.

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SEGUNDO CONGRESO MUNDIAL DE PSICOTERAPIA, VIENA 4-8 DE JULIO, 1999

DR. ENRICO G. BELLI

DEL PSICOANÁLISIS AL SOPHIANÁLISIS

HACIA UNA TEORÍA UNIFICADA 

DEL CAMPO METAPSICOLÓGICO Y ANTROPOLÓGICO

Esta ponencia está dedicada, en particular, a los colegas y amigos de América Latina, como deseo de una posible colaboración en el proyecto de acoger este tránsito (DEL PSICOANÁLISIS AL SOPHIANÁLISIS), para profundizar la búsqueda de una PSICOTERAPIA mucho más Humanística y Existencial, con el fin de contribuir auténticamente en el mejoramiento de la calidad de la vida, orientando el compromiso científico-cultural a la luz de los conocimientos en el campo de la ANTROPOLOGÍA EXISTENCIAL y de la METAPSICOLOGÍA PERSONALISTA.

"Hace tiempo los indios vivían no sólo en la tierra, sino también en el cielo. Con la diferencia de que el cielo no estaba en lo alto como ocurre hoy: en aquel entonces cielo y tierra estaban tan cercanos que cada indio era libre de desplazarse de uno a otra sin ningún impedimento. Mas vino un tiempo en que los indios que vivían en la zona del cielo comenzaron a enfermarse de una tremenda enfermedad que se difundió de manera mortal, sembrando la muerte en toda la región. Los pocos que lograron sobrevivir atravesaron la frontera para salvarse y se establecieron en la tierra. El cielo sin indios se volvió muy ligero y, poco a poco, empezó a elevarse y a subir cada vez más, hasta alcanzar lo alto, donde ahora lo vemos..." . (1)

Me he servido de este mito indio (leyenda Bakairí) como metáfora para indicar el malestar de la Humanidad, frente a los determinismos existenciales y sociales en que la persona parece encontrarse en cada rincón del Planeta Tierra, cualquiera que sea su etnia, como proyecto para construir soluciones frente a las tensiones internas y sociales, en el intento de encontrar respuestas a la enfermedad, a los genocidios, al dolor de la vida: para superar las escisiones personales e interpersonales y dar un sentido a la propia existencia.

El hombre contemporáneo vive este arquetipo de la expulsión del edén, como huída del cielo, fractura entre masculino y femenino, amor y psique, mente y corazón, instinto y espiritualidad, determinismo y libertad.

En el plano antropológico el PSICOANÁLISIS , desde comienzos del siglo XX con su fundador Sigmund Freud y con los que continuaron su obra , ha ofrecido una notable contribución al conocimiento (científico-cultural-artístico) en el intento de orientar la investigación a través de una metapsicología que ha explorado los recovecos del inconsciente y ha trazado un camino importante para comprender las tensiones personales y sociales del comportamiento humano, en su visión inmanente. El elemento central del “determinismo psíquico”, como atributo excepcional del aparato inconsciente aun en sus desarrollos sucesivos, no se ha separado mucho de la exploración de aquellas “leyes de causalidad” que parecen guiar y determinar el comportamiento humano.

Lo que equivale a decir: “El hombre para el Psicoanálisis es un individuo todavía determinado por el mundo pulsional, siempre oscilante entre Eros y Tánatos (vida y muerte), su única posibilidad es la de equilibrar con su YO las fuerzas contrastantes provenientes del Ello y el Superyó (las fuerzas vitales de la estructura pulsional con las normas de la cultura, con pocos o escasos márgenes de libertad del determinismo inconsciente...).” (2)

Aun considerando los notables aportes evolutivos en el campo psicoanalítico (Jung-Reich-Klein-Fromm, etc.) esta “tensión de los opuestos” ha permanecido como preconcepto existencial, relegada al concepto cartesiano del “cogito, ergo sum” (pienso, luego existo), según las leyes del determinismo inconsciente, casi como queriendo psicologizar todas las dimensiones de la realidad humana según leyes pulsionales biológicas inmutables.

En el plano antropológico el SOPHIANÁLISIS , según el enfoque modelo de su fundador Antonio Mercurio, desarrolla evolutivamente en parte la teoría psicoanalítica y propone una “nueva metapsicología personalista” , orientándola a nivel “antropológico-existencial” .

Si para Freud la estructura psíquica está basada en el dominio del ELLO (determinismo pulsional), a partir del cual después se diferencian los demás componentes de base: el YO (conciencia) y el SUPERYÓ (moral), (3) para Mercurio el principio organizador primario es el YO-PERSONA , presente desde el momento de la concepción con respuestas sea determinadas, sea libres, en sus dimensiones internas (Yo-Psíquico, Yo-Corpóreo, Yo-Relacional, etc.).

También la hipótesis de la edificación del INCONSCIENTE viene del Sophianálisis, a la luz de esta nueva perspectiva, configurado como INCONSCIENTE EXISTENCIAL , en el sentido de que todos aquellos componentes reprimidos de la estructura psíquica (factuales y decisionales que orientan en particular el desarrollo desde la fase intrauterina) necesitan ser reconocidos y asumidos por el YO-PERSONA , para encontrar vías de salida del determinismo, potenciando lentamente las opciones libres reparadoras y creativas. (4)

Como si en su interior el Yo-Persona estuviese volcado dialécticamente a buscar tanto las causas de su conflicto inconsciente determinístico (movimiento descensional introspectivo) como las fuentes vitales de su libertad de decisión (movimiento ascensional evolutivo).

Al Yo-Persona se le reconoce la capacidad de ser fin en sí mismo siguiendo su proyecto vital interno, cada vez más consciente y responsable (en las diferentes fases del desarrollo evolutivo) de decidir en libertad, amar y odiar. “A nivel clínico sabemos que el malestar psíquico (somático y existencial) está ligado fundamentalmente con la presencia del odio (reprimido o consciente) que le viene a la Persona tanto del ambiente como de sus respuestas internas: el malestar, muy a menudo, es el resultado de agresiones cometidas con la complicidad del Yo contra la propia Persona, la psique, el cuerpo...”.

Aprender a amarse a sí mismo y a los demás auténticamente, desecando gradualmente el peso consciente e inconsciente del odio, es elegir (expandir la “conciencia”) aprendiendo humildemente a construir la sabiduría del propio pensamiento y del propio obrar.

En la construcción de las elecciones sabias y creativas (para aprender a salir del sufrimiento padeciendo y aliviando el dolor de la vida) mediante un camino evolutivo de conocimiento (analítico-experiencial-relación interpersonal individual y de grupo), el Yo-Persona, además de recorrer de nuevo los abismos del odio generado contra su propio proyecto vital y contra el proyecto de vida de los demás, puede igualmente comprometerse responsablemente en potenciar su libertad de elección reparadora y creativa.

El enfoque sophianalítico llega a concebir un camino más unificador y unificante al indicar, al Hombre Persona-Sapiens, conocerse a sí mismo y transformarse a sí mismo con la ayuda del Sí Mismo Personal y del Sí Mismo Coral conquistando más Libertad, Verdad, Amor y Belleza .

Si al primer dualismo (amor/odio) el Yo-Persona puede intentar dar una respuesta armoniosa y unificadora se lo debe, pues, a uno de los componentes importantes (valor fundamental del ser): la LIBERTAD.

1. EL PRINCIPIO DE LIBERTAD EXISTENCIAL

“Liberación” y “Libertad” son los dos tránsitos intrapersonales e interpersonales (descensionales y ascensionales) del crecimiento del Yo y de su conocimiento.

a) LIBERACIÓN.

Por “Liberación” puede entenderse aquel proceso evolutivo interno de búsqueda y elaboración descensional (que puede ser favorecido por un tratamiento psicoterapéutico individual y de grupo) para favorecer la salida de los condicionamientos determinísticos de lo psíquico, en sus resultados del odio interno vengativo (auto y hetero-destructivos).

El Yo-Persona necesita desarrollarse y transformar la estructura de su comportamiento de base reactiva (determinística) de lo psíquico, con respuestas rabiosas contra sí mismo y los demás, y desmantelar la edificación narcisista del “Ideal de Perfección Omnipotente”, basado en la “Voluntad de Dominio”, que conduce al obrar famélico y egoísta de un Yo-Psíquico siempre volcado a controlar los objetos persecutorios internos y externos.

“Liberación”, en el sentido de salir de aquel núcleo psíquico de base esquizo-paranoica, que mantiene al Yo en una continua presión de peligro y control, impidiendo la utilización de la energía potencialmente creativa; liberando el propio pensamiento y el obrar consiguiente de aquellos componentes defensivos del Yo-Psíquico que hacen perdurar internamente las “mentiras existenciales”, fruto de una pretendida autonomía egoísta, herencia del pretencioso narcisismo infantil (como falsa libertad semejante a una anarquía neurótica y psicótica).

B) LIBERTAD

Por “Libertad” puede entenderse el proceso ascensional de crecimiento del Yo-Persona haciendo funcionar el amor y el odio (agresividad destructivo-constructiva) para favorecer la aparición de aquellos componentes reparadores y creativos que pueden llevar al individuo a “convertirse en lo que es auténticamente” tratando de utilizar gradualmente todas las potencialidades personales.

“Libertad ”, en el sentido del “Eligo, ergo sum” (Elijo, luego existo), para entrar en el conocimiento de las propias elecciones responsables, etapa importante que marca el tránsito del dominio determinístico del Yo-Psíquico a la observancia de las “Leyes de la Vida” del Yo Persona, abierto al mundo y a los demás, hasta la meta de síntesis positiva del “amarse, amar y ser amado en libertad y no en constricción”, “Amo, ergo sum” (Amo, luego existo) como afirma Antonio Mercurio.

En el empleo de su “Libertad ” el Yo-Persona, con la ayuda del Sí Mismo Personal y del Sí Mismo Coral, puede aprender a padecer y aliviar el dolor de la propia vida y el de las demás personas al proporcionar esperanza y metas afirmativas y creativas, asumiendo dialécticamente su propio mal para transfigurarlo y liberarse de él.

Elección de libertad existencial es, pues, favorecer el desarrollo de la Persona en todas las dimensiones posibles (biológicas, psíquicas, existenciales, espirituales), buscando una integración armoniosa del Yo, siguiendo las “Leyes de la Vida” inscritas en el < < SÍ MISMO PERSONAL > > , núcleo energético-espiritual de la identidad proyectante.

“Libertad” en el sentido de estar disponibles y abiertos para interrogarse sobre las problemáticas humanas, para llegar a la comprensión del mundo y de los demás, como adhesión consciente a un proyecto coral que sepa responder a las necesidades y deseos auténticos y vitales de la Humanidad, para alcanzar más allá del principio del placer “el principio de la dicha”.

Estas últimas observaciones sobre el valor de la “libertad” permiten una ulterior reflexión de la investigación antropológica sobre el concepto del < < SÍ MISMO > > , ya iniciada con empeño y capacidad indagadora por C. G. Jung

También sobre el concepto del < < SÍ MISMO > > la investigación sophianalítica ofrece una ulterior innovación tanto en el plano conceptual como en el desarrollo metodológico de una “metapsicología personalista”.

A sabiendas de que el proceso de “individuación”personal es un recorrido arquetípico y evolutivo interminable, a través de la “tensión de los opuestos” (según Jung), el sophianálisis busca la realización responsable y consciente de la “síntesis de los opuestos” (según Mercurio), planteándose como primer objetivo metapsicológico recomponer la fractura entre el YO-PERSONA y el SÍ MISMO.

“Atribuyo al < < Sí Mismo Personal > > : la potencia de amar, la fuente de la verdad personal y cósmica, la voluntad unificadora de la persona y el cosmos, la identidad de la persona como proyecto (como meta y como fin), el principio de la dicha y de la muerte y renacimiento, la beatitud propia de los orígenes del ser, la pertenencia al Sí Mismo Cósmico, la comunicación transpersonal con todos los demás Sí Mismo Personales (Sí Mismo Comunitario), y con el Sí Mismo Cósmico” (A. Mercurio). (5)

El conocimiento de cómo el Yo Persona y el Sí Mismo Personal contienen (más allá del determinismo) “la libertad in fieri e in actu ” de pertenecer a un proyecto comunitario y cósmico sitúa a la Persona en una dimensión de apertura responsable que puede llevar a desecar la dimensión de aislamiento narcisista, a recomponer la fractura de los opuestos y a intentar producir “las síntesis de los opuestos”.

En el plano intrapersonal y transpersonal “las síntesis de los opuestos” que han de realizarse pueden ser muchas, aquí se indican algunas fundamentales entre las distintas dimensiones del Yo: Mente y Cuerpo, Racionalidad y Sentimiento, Masculino y Femenino, Instinto y Espiritualidad, Objeto Bueno y Objeto Malo, Perseguidor y Protector, Egoísmo y Altruismo, Odio y Amor, Esclavitud y Libertad, Mentira y Verdad, Fealdad y Belleza, Estabilidad y Mutación, Necesidad y Posibilidad.

A nivel “metapsicológico-personalista” el Yo-Persona, en contacto con el Sí Mismo en su proceso de búsqueda y crecimiento, se encuentra en la posibilidad de realizar las síntesis en un dinamismo dialéctico y circular continuo, siguiendo el “principio de compensación” para salir de las dimensiones unilaterales e hipertróficas de una sola parte. Un ejemplo al respecto podría estar representado por las pretensiones de lo psíquico de no escuchar ni las necesidades del cuerpo, ni las de la dimensión afectivo-relacional, ni mucho menos las del componente espiritual.

2. EL PRINCIPIO DE VERDAD EXISTENCIAL

Para integrar esta perspectiva se entenderá por Verdad existencial únicamente lo que en el interior de toda persona (o de un grupo y/o una etnia) puede representar dialécticamente su opuesto: “la mentira existencial”.

En el plano “metapsicológico personalista” la mentira existencial se basa en la pretensión absolutista y narcisista del Yo-Psíquico (producto del odio interno), en el intento egoísta de edificar e imponer una “Voluntad de dominio”y su correspondiente “Ideal de perfección”, que lleva a atribuir únicamente la responsabilidad del propio malestar existencial a los demás (padres, educadores, ambiente).

El proyecto vengativo (del odio levantado en lo interno y lo externo) llega hasta resultados en los que la mentira existencial interna se asume como verdad, para justificar el mantenimiento de las pretensiones narcisistas (neuróticas y/o psicóticas...). La clarificación y evolución, como reconocimiento y asunción de la propia responsabilidad, permiten desmantelar las mentiras y dialécticamente contactar la propia verdad existencial. (en un proceso de búsqueda y crecimiento multidimensional).

En el plano “antropológico-existencial” una etnia y/o un pueblo pueden permanecer en sus pretensiones de dominio y perfección cuando intentan oprimir a otras etnias en el intento egoísta de realizar su propia “Voluntad de posesión y dominio”. De pueblos que tienen o han tenido prevalentemente un alma de “dominadores destructivos” está llena la historia humana: un ejemplo histórico apropiado podría estar representado por la civilización de Esparta (que ha dejado muy poco), a diferencia de Atenas, que cultivó la democracia y la cultura: valores para el alma de la civilización humana.

Este último siglo, que concluye el milenio, quizás tocó el ápice de la “voluntad suicida” y de la “voluntad homicida” del Hombre, a través de dos conflictos mundiales y numerosos conflictos étnicos todavía no resueltos ya que parece (como lo analizaba E. Fromm) que “... el grado de destructividad aumenta con el creciente desarrollo de la civilización, y no lo contrario...”. (6) Pienso en los pueblos sin tierra en todos los continentes, obligados a luchas inhumanas para garantizarse una supervivencia, y siento el dolor.

Una psicoterapia que tuviese como fin únicamente el bienestar psíquico de la persona cumpliría sólo en parte su tarea: el Sophianálisis, como ciencia antropológica personalista existencial, tiene como ruta y meta una perspectiva diferente del bienestar humano y trata de realizar aquel mito del hombre nuevo (de una humanidad nueva), aquella esperanza todavía irrealizada que ha alimentado a la cultura más iluminada de este último siglo, buscando promover el desarrollo de la Persona en todas sus dimensiones posibles

3. EL PRINCIPIO DE LA BELLEZA SEGUNDA

“... La Belleza... De todos los pecados de la Psicología, el más mortal es su indiferencia por la belleza... La Psicología debe encontrar su camino hacia la Belleza para no morir...” (dice J. Hillman). (7)

El Sophianálisis, en su visión antropológico-personalista existencial, está particularmente interesado en el desarrollo de la Belleza. El concepto de “Belleza Segunda”, propuesto por Antonio Mercurio, tiene como objetivo la realización de un crecimiento unificado y unificante del hombre-Persona, planteando como meta el proyecto de “hacer de la propia vida una obra de arte”: llegar a ser artista de la propia vida.

“... Si distinguimos entre la Belleza Primera y la Belleza Segunda, decimos que el arte existe por la creación de la Belleza Segunda. Llamamos Belleza Primera aquella creada por la naturaleza. Llamamos Belleza Segunda aquella creada por el hombre (...) La primera es mortal, la segunda es inmortal. La naturaleza posee el secreto de poner la vida en una semilla y hacerla retoñar: pero toda vida que retoña luego muere y muere también la belleza de la vida. El hombre, en cambio, posee el secreto de infundir la vida y la belleza en una obra maestra, y esta vida y esta belleza, si están en una obra maestra, ya no mueren. No morirán nunca. La naturaleza crea vidas mortales. El hombre crea vidas inmortales, cuando alcanza las cimas del arte. Ahora bien, no es posible alcanzar las cimas del arte sin tener que confrontarse necesariamente con el dolor y la muerte... Sin la superación del dolor no se crea ninguna auténtica obra de arte. El hombre es el único sujeto viviente que puede confrontarse con el dolor, superarlo y transformarlo en un potente motor que, junto con otros factores, lleva a la condensación de aquellas energías que dan vida a auténticas obras de arte...” (A. Mercurio). (8)

Si el hombre es el único sujeto viviente que logra dar un sentido al dolor de la vida, es también el que puede lograr crear “nuevos mitos” (nuevas obras de arte) intentando la superación de los determinismos inconscientes y existenciales. Mas al reparar en cuán arduo es este proyecto, teniendo como ruta primaria (con arte y sabiduría) el padecimiento del dolor, toda persona necesita aceptar con responsabilidad el hecho de no poder realizarlo solo. El Hombre-Persona podría cumplir este tránsito solamente si logra entrar en el conocimiento de formar parte de un “organismo viviente” más grande (el de la Humanidad en relación con los demás agentes cósmicos): entonces toda la belleza por crear no podrá ser más que una “Belleza Segunda Coral” , construida por muchas personas que en su obrar unido y unificante estén dirigidas no únicamente al bienestar personal, de un individuo o de una etnia, sino de la humanidad entera.

Me doy cuenta de cuán innovador puede ser todo esto, respecto a la concepción freudiana en su aspiración de transformar la metafísica en metapsicología, según la prevalencia unilateral de su concepción determinista pulsional.

Para el Sophianálisis, una “metapsicología personalista” debe saber comprender (en sentido dialéctico y circular) la necesidad del Hombre-Persona y de los pueblos, expresado en el sueño y el mito, descubriendo las motivaciones y los dinamismos (conscientes e inconscientes) no únicamente sobre la base de la estructura psíquica, sino a nivel de todas las estructuras y dimensiones.

Regreso, para concluir, a la “leyenda india”, de la que me he servido al comienzo de esta ponencia, para aludir al hecho de que nosotros, los del Sophianálisis, estamos en búsqueda de un enfoque psicoterapéutico (inspirado en los valores de una Antropología Personalista Existencial ) que sepa construir respuestas ante el sufrimiento humano no solamente en sentido psíquico sino también espiritual: una dimensión espiritual nueva que sepa alcanzar los valores más profundos y auténticos de la ciencia y la cultura humana, que pueda contribuir en la construcción de un Alma Coral Universal en el intento de recomponer las fracturas entre cielo y tierra, masculino y femenino, amor y psique, determinismo y libertad.

BIBLIOGRAFÍA DE LAS OBRAS POR ORDEN DE CITAS

(1) Alessandro Oppes, “La via degli indios”, in La Repubblica delle Donne, Anno 4º n. 148, aprile 1999, Roma, p. 24.

(2) Enrico G. Belli, “Dalla Psicoanalisi alla Sophianalisi (Verso una teoria unificata del campo metapsicologico e antropologico)”, CINPSY Edition, Catanzaro, 1989, p. 115.

(3) Sigmund Freud, “Al di là del principio del piacere”, (1920) Opere, Vol. 9, Boringhieri, Torino, 1980.

“L'Io e l'Es”, (1922), ibidem, vol. 9.

“Il disagio della civiltà” (1929), ibidem, vol. 10.

(4) Antonio Mercurio, “Teoria dell'inconscio esistenziale”, Costellazione di Arianna, Roma, 1995.

(5) Antonio Mercurio, “Teoria della Persona e Metapsicologia Personalistica”, Bulzoni, Roma, 1978, p. 229. “Amore, Libertà e Colpa”, Bulzoni, Roma, 1980.

(6) Erich Fromm, “Analisi della distruttività umana”, Mondadori, Milano, 1975, p. 21.

(7) James Hillman, “Il codice dell'anima”, Adelphi, Milano, 1997, pp. 56-61.

(8) Antonio Mercurio, “Gli Ulissidi (Il teorema ed il mito per navigare da un universo all'altro)”, S.U.R. , Roma, 1997, pp. 97-102.

 

 

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